Todos tenemos alguna vez un pesar enorme, cada uno lo encaja a
su manera. No solo sentimos pesar por la muerte, también por la vida,
por la pérdida, por el cambio, cuando nos preguntamos por qué a veces es
todo es un asco, por qué duele tanto, debemos recordar que todo puede
cambiar en un instante. Cuando te duele tanto que no puedes respirar . . . así
sobrevives.